Bonita experiencia de nuestra ( Malú) laica mercedaria de Filipinas

Malú LMC FILIPINAS

A mis queridas hermanas y compañeras Laicas/os,

En este día de fiesta, deseo agradecer a las Hermanas Mercedarias de la Caridad por la invitación a participar en las muchas bendiciones de esta vida como laica. Poco sabía yo que puedo ser parte de una relación amorosa, genuina, servicial, para compartir ser significativa de la comunidad hasta que dije que sí a la invitación.

Mi viaje como laica está marcado con una gran cantidad de subidas y bajadas y en ocasiones las bajadas son más profundas que las otras y lo que hace de alguna manera que entre más miedo. Comparo mi experiencia con aprender a montar a caballo. La primera vez que se ve el caballo, se ve tan alto y poderoso. Pero aun así hay que ir adelante y tratando de superar el miedo. A veces incluso se piensa que ¡No se merece  montar en un animal  tan majestuoso   y  pasan los días, habrá momentos en que una  caerá o tienen una posición incorrecta, es posible obtener dolor mucho dolor, pero nunca tener miedo de volver atrás y tratar de montar de nuevo, porque cuanto más tienes miedo, más se va a no experimentar la alegría de acercarse a su meta. Y si alguna vez se deja de tratar, será una lástima!

Es un hecho que en nuestra búsqueda de respuestas a nuestras numerosas preguntas, a veces nos lleva a un camino equivocado y seguimos falsos modelos de conducta. Tenemos que reflexionar sobre las circunstancias y rogamos que veamos la mano de Dios que nos apunta a la dirección correcta. Y usar nuestro discernimiento en la toma de decisiones y elecciones.

En mi vida, hay una certeza de que me di cuenta hace poco… si quiero vivir el resto de mi vida con significado, relevancia y alegría, tengo que aferrarme a este camino que se ha dado a conocer a mí. A través del Carisma mercedario. Nunca darme por vencida cuando me encontré con un montón de obstáculos en el camino, porque sólo estoy probada por el fuego para que pueda estar en condiciones de seguir el camino que cada seguidor de Cristo encuentra. Y, finalmente, tener valor porque Nuestra Señora de la Merced está siempre allí para interceder por nosotros y nos guíe a su hijo amoroso. Y por supuesto nunca estamos solos, porque nuestras queridas Hermanas Mercedarias son enviadas a nosotros para asegurarnos que estamos en el camino correcto en nuestro viaje juntas como una familia.

Con un corazón lleno de gratitud,

Malú Cachuela, Laica mercedaria de la Caridad, Filipinas

Nota: Perdonen, hermanas que mi traductor no es muy exacto pero no quería enviarles en inglés.

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